
Etiquetas
Es infidelidad una aventura en realidad virtual?
En la cultura occidental, son muchas las personas que consideran que el porno es una manera aceptable de obtener placer sexual, basándose en que creen que no tiene mayores implicaciones en el mundo real y físico. Pues hay que aclarar que hojear una revista o ver un video no es al fin y al cabo, tan real. Las enfermedades de transmisión sexual jamás las contraerás tocando un televisor y nunca podrás embarazar la pantalla de tu smartphone.
La infidelidad virtual como concepto comenzó a tomar fuerza en el evento WEST (Wearable, Entertainment & Sports Toronto), donde lineadas a lo largo de los pasillos del centro, las distintas empresas de desarrollo de dispositivos y software habían dispusieron mesas en las que exhibían sus productos, una variadísima selección de aparatos con los que jugar, entre los que se incluían algunos que involucraban el sexo virtual. Se ofrecían sesiones, por Cinehackers, que ofrecían una experiencia muy similar a una película con el Oculus Rift.
Por otro lado, ARAIG es un proyecto o producto que busca extender la experiencia de un videojuego más allá de la pantalla mediante un traje háptico, que está equipado con diversos sensores para que el jugador, en este caso el compañero sexual, pueda sentir los efectos que transcurren dentro del juego o la relación física. ARAIG (sigla de «As Real As It Get») propone un nivel de precisión tal que un golpe en el hombro o en el estómago se reproduzca tal cual, una caricia o un contacto físico, con el objetivo de generar una inmersión y sensación física y táctil total, en la experiencia de la relación sexual o en el juego.
“No supone ninguna diferencia que la infidelidad se produzca en persona o por internet, ya sea mediante porno, webcams, redes sociales u otra tecnología digital” declara de una forma tajante Robert Weiss LCSW, CSAT-S, psicólogo y experto en el tema de las relaciones entre la tecnología digital y la sexualidad de las personas. “Una aventura en el «mundo virtual» resulta igual de dolorosa para un cónyuge como lo sería una con alguien de carne y hueso”.
Aunque el sexo en el ámbito de la realidad virtual se ha explorado ampliamente, incluso con trajes hápticos que permiten disfrutar de una inmersión total, el concepto de la infidelidad digital y sus difusas implicaciones morales, siguen en un terreno totalmente desconocido. Con estos sorprendentes avances tecnológicos, las clásicas reglas de fidelidad cambiaran drásticamente, abarcando más tolerancia a medida que nuestro cerebro y sexualidad se adapta a estas nuevas experiencias sexuales.