
Etiquetas
Sexo y licor, ¿buena pareja en la cama?

En el caso de los hombres, está comprobado científicamente que consumir licor en exceso les genera problemas no solo de erección sino de eyaculación retrasada. ¡Y eso sí que no es sexy, señores!
Para las mujeres también hay malas noticias. ‘Una noche de copas, una noche loca’ puede provocar dificultades para lubricar y por consiguiente —¡auxilio!— conseguir un orgasmo.
Y los efectos nocivos no son solo físicos. ‘Quedarle mal’ a una mujer puede provocar en ellos trastornos sexuales y de ansiedad pues nace el temor de que eso mismo les suceda en próximos encuentros.
Ellas no lo pasan mejor. Si bien el alcohol las desinhibe y las ‘invita’ a probar nuevas poses y formas de estimulación, puede llevarlas a tener encuentros sexuales con desconocidos y no exigir protección. ¿Alguien dijo embarazos no deseados?
Y lo que es peor, sentir una terrible sensación de arrepentimiento al día siguiente. El mensaje claro: el sexo y el alcohol no se la llevan bien. Por eso, aquí se desmitifican algunas creencias.
El licor aumenta el placer
FALSO. Es lo que creen muchos hombres que, después de una noche de rumba y demasiado licor, salen como machos alfa dispuestos a dar una gran ‘faena’.
Si usted es uno de ellos, lamentamos darle esta mala noticia: el exceso de copas suprime la erección debido a que el alcohol inhibe el funcionamiento del sistema nervioso autónomo, responsable de que se produzca la excitación de ‘su mejor amigo’.
En otros casos, puede pasar que usted tenga suerte y consiga una erección, pero entonces el problema puede ser otro: la eyaculación retrasada, esa incómoda situación en la que usted insiste e insiste, pero no logra terminar, lo que puede llegar a ser molesto para la pareja.
Si no lo cree, pregúnteselo a la sexóloga Vannesa Mejía, quien agrega que justamente eso —una erección demasiado prolongada en cada encuentro sexual con la pareja— es una de las mayores incomodidades que manifiestan las mujeres en sus consultas.
El trago desinhibe a la mujer
CIERTO, PERO… El exceso de licor, sin duda, aumenta la libido. Pero
no todo es color de rosa: estudios médicos han demostrado que sus efectos sobre la sexualidad femenina implican dificultades para lubricar y alcanzar un orgasmo.
Pero ahí no paran las malas noticias: con el tiempo, si el consumo de licor es frecuente y, sin moderación, la mujer puede experimentar resequedad vaginal.
Y no es por querer aguar la fiesta, pero la sexóloga Flavia DoSantos advierte, además, otros efectos: al estar más desinhibida, la mujer puede pasar por alto el uso del condón y por lo mismo quedar expuesta a embarazos no deseados.
En otros casos, se enfrenta a sentimientos desagradables –especialmente al día siguiente– por una relación en la que se perdió el buen juicio por culpa del alcohol: sensación de abandono o vacío, o de sentirse utilizada.
Puede causar infertilidad
CIERTO, MUY CIERTO. Los efectos del exceso de trago se notarán a largo plazo. En el caso de los hombres, un consumo exagerado puede afectar la erección (los médicos estiman que, a partir de 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre, se producen efectos de supresión de la erección), se reduce la movilidad de los espermatozoides y baja el nivel de testosterona (la hormona que regula el deseo sexual).
Ojo al dato, con el tiempo los hombres consiguen no solo menos erecciones sino que su ‘mejor amigo’ no logre terminar la faena, según la sexóloga Flavia DoSantos.
En algunos hombres esa situación genera trastorno sexual pues puede llegar a asumirlo como un fracaso. Lo marca psicológicamente y comienza a desarrollar sentimientos de ansiedad asociados a porteriores encuentros sexuales.
La mujer se emborracha más fácil antes del periodo
CIERTO. Quien lo explica es la ginecóloga Zulma Ríos: “La habilidad del cuerpo de la mujer para descomponer el alcohol se ve afectado por su ciclo menstrual, por lo que es más vulnerable a intoxicarse antes de su período menstrual.
“Una copa de alcohol duplicará su potencial en una mujer en comparación con el hombre, debido a que en el estómago femenino existen menos enzimas protectoras (las dehidrogenadas) cuya labor es descomponer el alcohol.
“La mujer se intoxica más fácilmente que el hombre, debido a que tiene menos fluidos corporales y más tejido adiposo (grasa) en el que el alcohol no es soluble, por lo que alcanza más altas concentraciones”.
Definitivamente, el alcohol no es el alido sexual de la mujer.